martes, 3 de diciembre de 2024

Enfado

 Y si se me olvida algún día tu voz y verte de pie en frente de la cama y no quedan toallas ni prendas de ropa que huelan a ti ni abra recuerdo que me ate a ese verano loco donde fingí que yo no era yo misma, pero te dejé un hueco para que me conocieras.

Y si se me olvida aquel viaje con el agua tan azul y el cielo tan brillante y las siestas tan cómodas en la playa, durmiendo por ahí sin conocernos de nada, con la vergüenza y la confianza de saber que cualquier cosa puede pasar.

Y si algún día se me sale esta sensación del pecho de que hui de un sitio donde me sentía bien pero me daba pánico porque podía ser algo parecido a lo que quería más que a lo que realmente necesitaba. Y si dejo de creérme mis mentiras y te escribo un mensaje, te felicito el año, por habernos conocido. Te dedico mis navidades, mis chin chin, mis besos, que son un poco tuyos. 

Y si algún día esto no se me pasa y nunca me olvido de ti y sigo recordando el tacto de unas manos que se me escabullían y que preferías sus bolsillos, su distancia, mi lejanía. Alomejor vivo en la melancolía de echarte siempre de menos y les contaré a mis nietos todo aquello que imagine y que nunca pudo ser. 

Porque no fui valiente. 

Pero va a llegar un día que me vas a hablar tu, porque tienes menos orgullo y yo en realidad sabía que esto iba a pasar y como si leyera algo una pitonisa o como si tuviera un sesgo de afirmación después de todo, vas a llegar y no me vas a hacer sentir nada. Porque ese verano lo sentía, pero en invierno ya no me transmites calor y alomejor me he dado cuenta de que tu forma de discutir me molesta, porque se parece demasiado a la mía y prefiero ignorarte y que tú no me ignores, que me persigas, que te arranques la piel. Que la toxicidad sea lo más instintivo que te salga y yo te explique por qué todos tus actos son tóxicos y digas, estás loca, no te entiendes ni tú. Y yo te diga, pero te gusto y te rías y me mires y te diga “y de que te ríes que eres un payaso” y se te pase el enfado y yo te odie, porque odio casi como quiero como dice Elvira Sastre y me enfado y me voy a la habitación pero tú me coges por la espalda y me abrazas y te digo que me sueltes y no lo haces. El amor es eso y eso no eres tú, por eso me da igual que no se me olvide como hueles o como te gustaba tomar esa bebida que tomabas siempre. Será que le doy mucha importancia a que nos enfademos y no lo sepamos gestionar. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Anemocional

 Como una caricia por todo el cuerpo, con el vello de punta y sintiendo el tacto del jersey. Soñando con tu respiración en mi hombro y un te...