lunes, 7 de junio de 2021

límites borrosos

Se que siempre me culparé de mis enfados por la espera, porque es mi culpa (ya lo he vuelto a hacer).
Nunca digo lo que quiero, siempre espero que me lean la mente, pienso que una parte de mi es ser la chica que siempre está huyendo y lo pienso tanto que me lo creo.
Odio esta parte de mi, la que no confía que nadie puede encariñarse de este elemento, cuando creo que sólo yo seré la única que me soporte toda la vida (aunque en el fondo sea verdaderamente cierto). 
Siento tanta vergüenza, tal pánico y tal miedo que no quiero involucrar a nadie y al final me encierro. Que sé que es dañino, yo lo siento, pero como salgo de este bucle? de este infierno?
Estoy harta de ocultar mis adentros,
de pensar que nadie me soporta y que soy de menos, que todo lo que creo es en exceso, y que nadie,
solo yo, no tengo ningún derecho,
a quejarme de que te echo de menos,
que no me acostumbro a ver como pasan las horas,
que nunca he sabido esperar el momento,
que para mi la vida no significa perder la vida esperando a personas,
encerrada en mi mente y en mi cuerpo. 
Se que no te estoy esperando nunca (aunque siempre me cueste creerlo) que es mi culpa tenerte tan alto, acusarte de no cumplir las expectativas que te tengo. 
Pero si siempre que me quejo lo ignoras, si no cambias a mi gusto (como siempre busco que hagas) me frustro y me culpo, porque todo es mi culpa siempre, porque soy culpable de lo que me pasa y no tengo derecho a sentirme víctima, porque al serlo de mi misma soy víctima y victimaria y no duele tanto. Duele decir que es culpa tuya y que no puedo cambiarlo, porque si es en mi puedo (porque yo siempre podré conmigo para todo). Y equivoco tanto ese amor propio con capacidades, ese amor hacia ti con amor a mi persona, que no se donde están los límites de quererte donde yo ya no me quiero y empiezas tú. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Anemocional

 Como una caricia por todo el cuerpo, con el vello de punta y sintiendo el tacto del jersey. Soñando con tu respiración en mi hombro y un te...