largo domingo de noviazgo

Se que no hace falta que se me salga el amor por los bordes para poder dártelo,

se que la mínima muestra de cariño te hace feliz,

se que te quiero porque lloro si lo pienso,

siento que el corazón me late lento,

que se acelera si te veo.

Siento siento siento,

contigo siento y lo siento mucho,

porque no se expresarme de otro modo

que no sea escribiendo lo que grito en mi pensamiento

y puedo asustarte o causar algún tormento

pero solo quiero que cocinemos nuestro amor a fuego lento.

A veces creo que nos precipitamos en querernos,

pero cuando leo poesía me recuerdan que es la química y no el tiempo 

y se me olvida por un momento,

que dormimos juntos 

a las pocas semanas de (re)conocernos.

Se me clava saber que te conozco de hace tanto

y pensar que nos hablamos tan poco,

creo que si ahora nos merecemos el cariño del otro

es porque antes nos merecimos el de otros

y siempre me dices que no te arrepientes

de haber pasado por mil besos envenenados

si el final del paseo fue llegar hasta mi.

No se si creer todas las palabras que dices

porque siento que lees mi pensamiento 

y no se si eso es malo o bueno,

pero debo decir

que es una de las cosas que me gustan de ti.

Que seas tan comprensivo con lo que siento,

que no escondas nada de tus lamentos,

que me cuentes cuando tienes miedo,

que te rías y me hagas tanto sonreír.

Me gustan las frases que me dices cuando estamos tumbados,

quiero que mi colchón se aprenda tu cuerpo a mi abrazado,

aunque podamos escoger cualquier posición para dormir.

No sé si prefiero abrazarte, que me abraces,

o que nos miremos de frente pegados,

no sé si prefiero pasar las piernas por encima de las tuyas y que tú dejes una mano colgando,

o que estemos los dos tumbados de lado

y parezcamos los protagonistas de ‘Un largo domingo de noviazgo’.