por los sitios que he cruzado sin bajarme,
los besos que me diste al marcharme,
el abrazo y la caricia
del te quiero en un adiós.
Voy a limitarme a recordarte
que me encanta como aprietas con las manos
cuando estamos en el sofá tumbados
y giro la cara para mirarte.
Cuando te miro la boca y te guiño,
cuando te ríes y das un trago a la copa,
cuando vuelves y me das besitos de nada,
o cuando Javi dice
“está con ella que parece un niño”.
Voy a limitarme a recordarte
que me gusta cuando me llamas chinina,
cuando crees que me río porque tengo cosquillas,
que soy feliz cuando me dejas hablar de lo que sea
y tú haces lo mismo.
Voy a limitarme a dar por hecho que estás conmigo,
que es verdad cuando me dices que quieres ser suave,
que no entiendes como no me cogen cariño,
a mirarte cuando te quitas la sudadera
y la tiras en cualquier parte.
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