Cuando sigo esa calma que me pide el cuerpo,
que lo único que me pedía era una rutina, un baile en la cocina, una flor en el pelo, una canción, un beso en la despedida.
Cuando sigo esa calma que me pide el cuerpo
y adelanto la hora de llegada, me quedo más en casa,
planeo un viaje con paisajes de cuento, peino a mi perro,
ya no grito, a veces incluso paso la plancha.
Cuando sigo esa calma que me pide el cuerpo
y tu mano está con la mía o a veces por la espalda,
me dices que toda la vida dirás que te gustan mis besos,
ya no tienes traumas ya no piensas en bocas que no sean la mía.
Cuando tú sigas esa calma que te pide el cuerpo,
aprenderás a valorarme antes de hacer tonterías,
antes de sacar una foto de tu coche y de tus cosas,
te sentirás orgullo de mí como persona o como novia
y no te dará vergüenza el compromiso,
pensarás en una boda que dure tres días.
Cuando el amor se te meta por el cuerpo,
cambies por ti, no porque yo te lo diga,
me eches de menos en los viajes, en la cama,
en las comidas.
Veas que coincidía muy bien en tu familia.
Alomejor te planteas darme lo que merezco,
alomejor el amor que te pido me lo darías.
Tengo una pena que se junta con esperanza por dentro,
creerme que vas a cambiar algún día.
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