Siento que toda la gente de la que me encariño
es diferente a la demás gente
y cuando dejo de sentir cariño
vuelven a ser iguales a todos los demás
a fomentar esos prejuicios de ciertos grupos
a dejar de ser individuos pa volverse conjunto.
Desde que te conozco (aunque sea de vista)
siempre pensé que eras bueno,
que tratabas muy bien a las chicas...
me acuerdo de cuando Nerea se ataba los zapatos
y tú le llevabas la mochila a clase.
Has sido muy bueno desde pequeño,
aunque tanta gente te considere un cabroncete.
Desde que nos sentamos el primer día a tomar café,
nos invitaste a cenar
y te mostrabas transparente hablando de borracheras,
de viajes, de chicas, de la forma de tratarte y de tú tratar...
siempre sentí que eras una parte de mi
con la que siempre sentía paz y calma.
Me gusta decirte que me transmites mucho amor,
y que me digas que yo a ti te transmito confianza,
me limpias las lágrimas
(siempre lo he considerado importante)
y me dejas abrazarte cuando estás triste.
Nunca me he acostumbrado al amor de contacto,
cuando estás con mucha gente siempre te pones a mi lado,
no te da vergüenza abrazarme,
darme la mano por pueblos donde nadie nos conoce,
presentarme a quien sea...
Eres el amor que siempre he buscado,
eres la forma de romper todos mis prejuicios
la excusa perfecta para huir de casa
para reafirmar mi creencia en el amor.
Te quiero y me siento plena pensándolo tan rápido,
no es dependencia, no te necesito,
pero me encanta estar contigo,
me encanta pasar tiempo juntos,
cenar, jugar, comer donetes, ver cars,
dejar a medias cars, ver la tele, encender la chimenea,
viajar en tu coche, hablar con tu madre,
buscarla en google, saberme tus apellidos,
que tu hermana me quiera conocer,
poner excusas para querernos otro rato,
que las cosas nos salgan mal y nos cuidemos,
quiero hacerte muy feliz
y que mi amor sea como saliva para tus heridas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario