Tengo los dedos congelados
y no me dejas calentarme entre tus flores,
enredaderas que tienes por peinado;
ricitos de oro es tu nombre.
Y cuando tu cuello musita morado,
amores de noches anteriores,
mis manos caricias buscando;
envidian a cada rato a ese hombre.
Femenina y pulcra niña,
con la cara pálida y descubierta,
descubrió en baños de antro,
el amor de un alma pasajera.
Y si tus labios se olvidan
de las noches de vodka y alcohol,
déjame gemir tu nombre,
durmamos bajo el mismo edredón.
Orgasmos con nombres de dedos,
en tu cuello morado, alrededor.
Te desnude antes que todo,
a besos.
No quise desabrochar tu pantalón.
Labios y manos y cuellos,
espaldas arañadas y sudor...
Fue un bar con bonitos momentos,
mejor beberé para entrar en calor.
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