Presente

Me alegra haber conocido,
a quién  decide compartir conmigo su presente,
ni nos pone nombre,
ni decide molestar
cuando me apoyó en su hombro llorando,
quién acaricia mi pelo estando triste,
quién ríe mis peores chistes malos,
quién celebra cada pequeña ilusión.

Me alegra haber conocido
a quién no vive ni en futuros ni en pasado,
que se centra en un presente,
juntos y conjugados,
aunque sin nombre,
aunque sin fechas,
sin candados.

Te quiero tanto,
tanto,
tanto.

Que mi camino se guía por tus pasos,
cuando no vas a mi lado vas por delante,
o tirando de mí para que frene,
he aprendido contigo,
muchas veces,
a caminar,
a observar el paisaje del recorrido.

No todo en la vida es el final.
Sé que soy quién pierde la vida,
esperando fechas y días,
en contabilizar el amor
y cada una de las caídas.
Pero me pides que pare,
que me calme,
que contigo no hay que preocuparse.
Que estás.
me cuidas y nunca llevas reloj.

Cuestión de horas

Es irónico ver como el amor que dedicabas,
ahora se te va cayendo de los bolsillos,
a medida que caminas,
que me miras.
Dices odiar cada parte de mí,
te engañas a ti mismo.

Maldad de mis acciones,
más que acciones, no hechas,
porque cuido menos de ti,
que de quién tengo cerca.

Debo denominarme egoísta,
carente de emociones vacías,
me lleno de amor y de odio,
te lloro a mares,
o eres frío y no te quiero.

Atea, hipócrita,
maldita, descuidada,
falsa, errónea
y con vida de mentira.
Porque ya no te buscan mis brazos,
porque cambie el nombre de mis abrazos.

Es dañino y erróneo,
creer que entre dos,
siempre sienten lo mismo,
mis sentimientos son mero producto
de conocerte en medio de un indulto,
de no saber a quien quise
y renuncio,
a tus palabras de amor
que es inculto.

Has sido los daños colaterales
de quién no me encontró a la primera,
que fui yo misma.
Producto con tara,
las carreras en las medias,
sin siquiera estrenarlas.

Cartas de San Valentín

El tráfico de miradas a tu sien,
se reduce cuando te sientas a mi vera.
El placer de poner mi mano en tu pierna,
apoyarme en tu espalda cuando te giras.
Vivo resguardada en tu altura,
tan pequeña,
tan metida en tu abrigo,
encajada en tu abrazo,
como a la perfección.
Cuando tengo frío, me tapas,
tienes los ojos más bonitos que he visto,
tan de cerca,
aunque lo haga por un segundo,
son tus labios mi campo de visión.
El silencio del boli escribiendo por tu piel,
dibujando corazones,
los apuntes más bonitos son los que pinto cuando te miro.
No eres nada cariñoso
y yo no soy digna de que me trates bien,
ajena al amor en cualquier fase,
encontré que eres tú a quien quiero al lado.
Será porque el roce hace el cariño,
aunque contigo, cariño,
no solo quiero roce...
Espero leerte,
desinhibido,
que ganas de intensidad con tu nombre.