martes, 21 de enero de 2020

Mente vacía

Me gustaría decir que nunca pienso en ello,
que la mediocridad de los buenos momentos eternos,
reside en cada palmo de mi cuerpo
y en cada neurona vacía de interés por recordarte.
Que fuiste una obra nefasta de aprendizaje,
que fue culpa tuya llegar hasta aquí.
No cuido las palabras porque cuidé de ti bastante,
y ahora tengo la palabra “suficiente” agarrada por el cuello
y está apunto de romper.
Apuñalamos los esquemas 
haciendo de la cercanía una forma de distanciamiento,
las relaciones pasadas tenían dudas,
cómo pude romper cada parte de mi protocolo.
Y así acabó.
El egoísmo del monopolio de las amistades,
las relaciones vacías donde solo da una parte,
la carencia de aporte sugestivo,
ahorcó el interés de ser quien más da y quien menos utiliza,
porque de buenos, tontos
y tú, carente de amor propio y de necesidad de eterno guía,
no encontraste un referente más allá de la exposición.
Números con carácter apelativo,
que me hacen buscar entre hojas de libros,
y que no me llevan a ninguna solución.
Las mentes vacías no llenan vacíos,
deja ese carácter adulador.






Anemocional

 Como una caricia por todo el cuerpo, con el vello de punta y sintiendo el tacto del jersey. Soñando con tu respiración en mi hombro y un te...