Ególatra

Cada día tengo más claro por qué camino voy y cómo sigo huyendo,
dando la imagen difusa e incomprensible que no puede idolatrarme más,
vida complicada y con incógnitas, intensidad entre las cúbicas y cónicas
vaciadas de recuerdos y pensamientos en común.

Ni mis conos quieren verte ni mis tímpanos temblarte,
para ti no hay hueco en mis sentidos,
me quedé sin paciencia y se acabó.

Prefiero sentarme a escucharme el pensamiento
enmarañado, complejo y solo,
porque soy quien desenreda cualquier nudo de ideas y complicaciones.
 Egoísmo transcrito en mis raíces, de fenotipo observable en la comunicación.

Estoy tan absorta en lo que escribo que no me planteo que sigas siendo opción
y volveré con esos cuervos, mis vecinos,
que amargaron a los niños y ahora vuelven sin rencor.

De vacío tengo el corazón nutrido,
y lleno en llanto que no saco porque sentimientos dios no me dió.

Que carezco de alma y pena,
y soy bohemia,
y en mi paz desastre,
ahí es donde quiero vivir yo.

Mensajes subliminales por tu espalda

Escasa madurez entrometida,
como vulgar cotilla por todas nuestras dobleces,
dueños de apuntes aspirando a dieces,
pasamos un domingo entre mis sábanas.

Escasa madurez entrometida,
como vulgares dedos por mis llagas,
recorriste a besos mis escapulares,
querías aprender más anatomía.

Escasa madurez entrometida,
como llevarte a mi campo rápidamente,
saberme los trucos,
quedarme en tu mente,
tramar y tejer una tela de araña.

Apoyadas las mentiras en una seda frágil,
que se rompe,
siguiendo tus caderas a medida,
y tus besos hilados a mi nombre.

He creado un enmarañado de palabras dóciles
y anudamiento de dedos,
sin saber cómo desatar cada uno de ellos,
sin pensar en los seis meses que me faltan,
solo pensando que te echaré de menos
y que no tejí solo una falsa red de sentimientos,
sino también mi propia soga de suicidio sentimental.