Y por una vez,
que perdí el orgullo entre mensajes,
que mis labios supieron formular palabras,
que me olvidé de vergüenzas
y aprendí de tener hambre.
Ahora que conozco cada sentido de los versos,
donde mencionan hacer el amor,
como algo más allá del sentido carnal,
como un vínculo entre universos,
como una colisión entre galaxias.
Si te tengo cerca no se me olvida nada,
ni siquiera mi acento cambia,
no como otras veces,
donde el amor fue vergüenza y trampa,
donde entre nerviosismos olvidaba el habla.
Contigo tengo libertad
de mencionar cualquier tema que valga,
porque vas a entenderme o a intentarlo,
aunque solo busques mis yemas por tu espalda.
Susurraste a mi oreja una paz y calma,
de un amor que es cierto
y como dijo algún budista:
“Cuando conoces a tu alma gemela,
tu corazón no se altera,
tus manos y piernas no tiemblan
y no se siente usted, agitado ni con ansiedad.“
Pablo no sé si alguna vez leerás esto, pero si estoy contigo es porque pensaba en ti de esta forma, me enseñaste como era la forma de querer que siempre he estado buscando, te quiero.